Aunque es bien sabido
que el tiempo fue inventado por el hombre y que éste sin darse cuenta acabo
siendo presa de su creación. El ciclo de los años que inician y terminan
acompañados por las estaciones del año son un periodo que puede ayudarnos a
muchos a enfocar de nuevo nuestras metas.
Una cosa que siempre es
de ayuda, es evaluar lo realizado en el año, no solo como una manera de
análisis de los propósitos cumplidos, también como un acto reflexivo de todo
aquello que se presentó sin haberlo prevenido y que pudo haber cambiado nuestra
percepción, es importante que en dicha reflexión no hagas comparación con
alguien más, si no con nosotros mismos.
Estos cierres también
ayudan mucho a soltar apegos que pudieron superarnos a lo largo de estos meses.
Hacer un inventario
personal, de la forma que lo hacen los grupos de AA ayuda mucho a hacer una
evaluación honesta de todo aquello que vivimos, en realidad, en nuestro
interior.
Pero ahora bien, este
análisis por nada debe de ser una herramienta que sirva para victimizarnos y
colocarnos en un papel de discapacitado existencial.
Y para eso es necesario
que evaluemos la culpa y el arrepentimiento desde otra perspectiva.
La culpa individual o
social, esta muy relacionada con el pecado en las religiones, el
arrepentimiento que puede ser una fase que nos dure mucho tiempo y merme
nuestras relaciones es igual de dañino si no se enfoca de la forma correcta.
Si durante este año
estamos arrastrando situaciones que nos provocan culpa o arrepentimiento
reconsideremos también la otra cara de la moneda. Por ejemplo, en cada
situación a un bien escondido, una situación que tiene otro enfoque, busquemos
en esa situación como de manera colateral pudimos provocar algo bueno, en la persona,
en la situación o en nosotros mismos.
Esto tiene mucho que
ver con valorar nuestras sombras, todos tenemos luz, una luz interior al ser
producto del milagro más maravilloso que es la vida, sin importar credos o
religiones, esa luz brilla y se extiende según nosotros queramos.
Pero como donde hay
luz, existe sombra, y esa sombra lejos de considerarla parte del todo, esta
oculta , escondida, pero tan vivida como la luz, esa sombra la consideramos u
otros la consideraron por nosotros como obscura y negativa, y la enterramos,
pero están fuerte que cuando menos los pensamos busca la forma para que la
recordemos. Muchas de las culpas derivan
no de un acto en sí negativo contra alguien, si no de que no queremos reconocer
esa sombra en nuestro interior.
Para muchos filósofos
el pecado no existe, esos actos “equivocados” por decirlos de algún modo, no
son más que hechos realizados en la inconsciencia. Es decir, que si fuéramos
realmente conscientes en el momento en que los realizamos no los haríamos, porque
sabríamos que actúan completamente encontra de la ley natural de la vida.
El tomarnos el tiempo
para evaluar esto en retrospectiva, simplemente es para que recorramos ese
pasado que estamos apunto de soltar, pero de una manera más consciente, y
dejarlo ir.
TAO
Si quieres ser
completo,
primero déjate romper,
Si quieres ser recto
permítete torcer,
Si quieres ser pleno,
permítete vaciar
Si quieres ser renovado
permítete envejecer…..
Antes de evaluar
nuestra intenciones para enfocarnos de nuevo, abracemos el Todo, apreciemos todo lo que hay en nuestro
interior, abracemos todas nuestras experiencias sean buenas o malas, y
revisemos qué es el fracaso para nosotros, es acaso un pretexto para volver a
acomodarnos en nuestros patrones obsoletos ;o lo vemos como un aprendizaje de
renovación.
Ana León
Invierno del 2013,